Como se estilaba en su época, esta foto post mortem de Henry Meiggs, grafica lo suntuoso del funeral. El cadáver fue enterrado provisionalmente en el cementerio Presbítero Maestro y posteriormente llevado a una pequeña cripta en la finca Villegas de propiedad de Meiggs que quedaba en el Callao, detrás del cementerio Baquíjano. En 1910, aprovechándose de que la finca estaba abandonada, el sepulcro fue profanado por lo que sus familiares deciden trasladarlo otra vez al Presbítero. Una enorme roca del túnel de Galera fue colocada encima de la nueva tumba.
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