Aunque este blog está dedicado a los ferrocarriles peruanos, nuestro viaje al Brasil nos ha permitido conocer la mítica línea Madeira-Mamoré en ese país llena de leyendas, calor y muerte en medio de la selva amazónica. Aquí un resumen:
Historia del FC Madeira-Mamoré
La Estrada de Ferro Madeira-Mamoré es un ferrocarril construido entre
1907 y 1912 para conectar Porto Velho con Guajará-Mirim, en el actual estado
de Rondônia.
En su momento era conocido como el "Ferrocarril
del diablo" debido a las miles de muertes de los trabajadores
durante su construcción por las enfermedades tropicales y otras causas. Una leyenda
decía que debajo de cada uno de los durmientes yacía un cadáver.
El primer intento de construir un ferrocarril en la región fue en 1878, sin
éxito a causa de las grandes dificultades de la ejecución de las obras
civiles, por las muchas muertes debido a enfermedades tropicales,
especialmente la malaria endémica en la región.
Más tarde, en el ciclo del caucho y la cuestión del territorio del Acre, se firma el tratado
de Petrópolis (1903), con Bolivia, que dio a Brasil la posesión del mencionado territorio, se puso en marcha el ferrocarril Madeira-Mamoré. Su objetivo
principal era ganar el tramo del río Madeira, que no era navegable para que
de esta forma facilitar el flujo de mercaderías de Bolivia y Brasil y de
otros productos derivados del caucho que llegaban a la ciudad de Porto Velho,
donde las mercancías eran exportadas por vía fluvial usando el río Madeira tributario del Amazonas.
Anteriormente, estos productos eran transportados por el Madeira por indios en canoas, que
se arriesgaban a pasar obligatoriamente por las peligrosas cascadas.
En agosto de 1907 el ferrocarril se encontraba en construcción financiado por
el magnate norteamericano Percival Farquhar.
La historia del ferrocarril es parte del patrimonio cultural brasileño pero
también es la historia y patrimonio de norteamericanos, ingleses,
chinos, españoles, daneses, caribeños, italianos, hindúes, judíos, alemanes y de otras nacionalidades.
Aproximadamente 6,000 trabajadores murieron
construyendo el Madeira-Mamoré: naufragios, muertes por las flechas de
indígenas, ahogamiento, mordeduras de animales salvajes y enfermedades
como la malaria, la fiebre amarilla, fiebre tifoidea, la tuberculosis, el
beriberi y otras causaron las pérdidas.
La Madeira-Mamoré es una memoria viva de los trabajadores y sus
descendientes, todavía residen algunos principalmente en las ciudades de
Porto Velho y Guajará-Mirim, en el estado de Rondônia. La Estrada de Ferro
Madeira-Mamoré es una de las últimas líneas del tren a vapor en Brasil y el
último de la Amazonia.
El último tramo de la vía férrea fue finalmente inaugurado el 30 de abril de
1912, cuando se registró la llegada de la primera locomotora a la ciudad de
Guajará-Mirim que nació junto con la vía.
La decadencia y crisis
En la década de 1930, la Estrada de Ferro Madeira-Mamoré fue parcialmente
inhabilitada, volviendo a funcionar en pleno pocos años más tarde y luego
devuelta al Gobierno Federal. En 1957, cuando se registró un intenso tráfico
de pasajeros y carga, el Madeira-Mamoré era uno de los dieciocho componentes
de la Red Ferroviaria Federal Brasilera, a pesar de estar aislada del resto.
En 1966, después de 54 años de actividades, en gran parte con pérdidas
acumuladas durante ese tiempo, el presidente Castelo Branco, el 25 de mayo de
1966, determina la erradicación del Ferrocarril Madera-Mamoré, que se
sustituye por una carretera, la actual carretera BR-364 que une Porto Velho a
Guajará-Mirim. En 1972 la Estrada de Ferro Madeira-Mamoré fue inhabilitada
completamente. El 10 de julio de 1972 las máquinas dieron su último silbato y
desde entonces el abandono fue completo. En 1979 los trenes y vagones
empezaron a ser vendidos como chatarra para una fundición de acero de la
ciudad de Mogi das Cruzes, São Paulo.
Pero fue reabierto en
1981 únicamente para operar un tramo de 7 km de los 366 km de la ruta
original, sólo para el turismo y otra vez detenido por completo en el 2000.
Está totalmente abandonado y el conjunto, en última instancia, sirve como un refugio
para mendigos y prostitución.
Últimamente un
proyecto para su puesta en valor como patrimonio nacional se ha puesto en
marcha. Quedan aún muchas locomotoras y material rodante, rieles, estaciones
y un museo de sitio en Porto Velho y otro en Guajará-Mirim.
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Es la referencia esperada después de su reciente viaje a Brasil. Sin duda de este ferrocarril y dada su singularidad se podría hablar más. Pero eso es cosa de que lo quieran dar a conocer sus historiadores. Para nosotros los aficionados al ferrocarril, nos complace esta referencia que Elio Galessio nos ofrece en su blog. Y nos hace indagar por internet para saber más de una línea férrea, que al menos para mí hasta ahora era desconocida. Y para este aficionado, toda historia de los ferrocarriles, sea de donde sea, es interesante. Gracias una vez más por su aportación y felicidades por el viaje.
ResponderEliminarLean el libro más María de Marcio souza sobre este tren es excelente
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